7 años

& algo más desde que no pisamos ese lugar, hace 7 años no leo tv novelas, ni compro un condorito.
Aún estás en mi corazón querido tata, algún día volveré a tomarme un café, en ese asiento.
Te amo y no puedo dejar de agradecer todas las cosas que hiciste por nosotros...

Y con eso... ¿Como te sientes?

Como un niño.
¿Recuerdas cuando salíamos a elevar volantines?, en un abrir y cerrar de ojos podía escaparse de tus manos y si no eras rápido, un niño ágil, venía y te lo quitaba, tú ya no puedes hacer nada, el volantin ya no es tuyo, se soltó de tus manos, ahora es de otro quién disfrutará de él, hasta que se le escape de las manos...
Así me siento, como el niño que perdió el volantin y tuvo que ver como otro, se lo llevó feliz en sus manos.
ç
Porfavor no pienses en él, no debes pensar en él... ¿quién es él?, él no existe, tú lo destruiste.

¿Como empiezo?

Respirando, contando hasta 10...
Hola :), ¿Como te trata la vida?, a mi muy bien, gracias por preguntar, ¿cosas?, si cuento un millón de cosas, un millón es poco... Rehíce todo y me siento completa por fin :), sí lamentablemente tengo que ocultarlo... pero aquí estoy, S O N R I E N DO, ahora recuerdo como era sentirse así (:
No me gusta la noche de hoy, pero por alguna extraña razón no he fumado tanto.
Mis dedos quieren escribir un mensaje, con palabras fuertes y distantes a la vez, "te vistes y te vas" de los bunkers es una buena referencia.
Es un día de esos, de mariposas, o gusanos, bueno bichos atacando mi estomago, un te quiero que quiere escaparse de mi boca, junto a un beso, unos brazos que quieren correr hacia tu espalda... Me encanta sentirme así, aunque no hay más que papel, vuelvo a ser la loca que solo escribe cartas, sin destinatario...
Algo pasa, no recuerdo las fechas, no sé si estoy en lo correcto, puede que hayan pasado 729,730, 731 días... no lo sé, pero recuerdo la luz de la luna brillando frente al agua fría.
Lo intento todos los días, pero aún no me acostumbro a llegar del colegio y tomar mi siesta sola
Me duele el pecho

El verano en la ciudad es sinónimo de escotes y a veces, empiezo a echarte de menos, cariño. He estado trasnochando y bebiendo en un local nocturno, contándole cosas personales a extraños.

Verano en la ciudad. Estoy sola, sola, sola. Fuí a una manifestación tan solo para rozarme con gente desconocida. Y me sentí como si me corriera, pero también me sentí como si llorara, y eso, ahora, parece que no ha valido para nada.

Y los castrados permanecen en la esquina, fumando. Quieren sentir su erección crecer bajo sus pantalones. Mirando a una chica bonita, no sienten nada excepto odio. Su piel les enloquece por las noches…nauseabundo.

Verano en la ciudad. Estoy sola, sola, sola. He tenido alucionaciones contigo, cariño, estando con otras mujeres, Y las toco en el hombro, y ellas giran y se ríen. Pero no hay reconocimiento en su mirada.

El verano en la ciudad es sinónimo de escotes y no me malinterpretes, cariño. En general lo suelo hacer bien. Es solo que cuando es verano en la cidudad, y tú estás lejos, empiezo a echarte de menos, cariño, algunas veces.

Cuando es verano en la ciudad, y tu estás lejos de ella, empiezo a echarte de menos, cariño, algunas veces…

No recuerdo como comencé la historia del pájaro, solo recuerdo que era otoño, yo escribía una tragicomedia que nunca logré terminar, pues esta historia llamaba tanto mi atención que no podía dejarla ir.
La hojas ya rozaban los suelos levemente, pronto comenzaría la primavera, decidí visitar a un viejo amigo a un lugar donde yo no debía ir, pues yo misma lo quise abandonar hace un par de meses antes de este reencuentro, no recuerdo en que circunstancias decidí visitar aquél lugar, ni bajo que condiciones llegué, quería saber que había sido de él, después de tanto tiempo de solo escribirle cartas, sin que le llegaran, ya que nunca tuve el valor de hacerle llegar una a su buzón. Pensé que sería una mala decisión llegar de improviso donde mi amigo "el pájaro", pero al ver su sonrisa, me confundí y ya no quería salir de ese lugar, ese era mi hogar.
Buscaba protección,estaba harta de nadar contra la corriente y sabía que ese era el lugar perfecto, donde nunca me dirían no. No quería recordar el pasado, no quería salir corriendo nuevamente de ese lugar, hacia el bosque, en busca de un gusano que pudiera saciar mi hambre, eramos distintos... yo no tenía alas, pero el pájaro sí.
Ya era primavera, y compartíamos todo lo que había en nuestro alrededor, comíamos vaquitas felices ya no tan felices dentro de la parrilla, las hamburguesas eran una especie de afrodisíaco, y entre bromas, y con todo el cariño que el pájaro podía regalarme, ya no sentía el estomago vacío... ya no necesitaba correr tras un gusano.
Caímos en un juego, él era una especie extraña de un cuento de hadas, no sé si el príncipe, pero era el protagonista y yo me creía la princesa más feliz del mundo, pero alguien no soportó ver tanta felicidad en aquél bosque y tuvimos que escapar, no sé como nos alejamos pero de pronto mi pájaro quería volar fuera del bosque, iba en busca de entretención y encontró todo y más de lo que quería, en las noches ya no llegaba junto a su princesa, pero ella lo esperaba, día-tarde-noche y cuando de vez en cuando el pájaro volvía a su hogar, aquí estaba, lo esperaba semidesnuda, con el deseo a flor de piel, reviviendo un primer encuentro donde fueron uno.
Nunca dudó de su amor, pero cada día el pájaro aparecía menos, y cuando llegaba sus alas estaban tan rotas que decidí cortárselas, el pájaro tenía una presión más, ya no podía salir libremente, pues ahí estaría recordandole lo que debía y no debía hacer, pues me creía dueña de sus alas.
Las cosas comenzaron a cambiar, algo en el bosque ya no andaba bien, el sol tardaba en salir, el pájaro llegaba tan agotado que saciaba sus necesidades y dormía todo lo que no había dormido en semanas anteriores... sabía que era hora de decirle adiós pero no lo asimilaba aún, quería luchar por mi hogar, por mi vida... nos separamos, volví a mi hogar, de pronto me llegaban mensajes de buenas noches, aveces venían a despertarme por las mañanas, aveces me abrazaban cuando lloraba, aveces... todo era aveces.
Tuve que devolverle las alas , y aceptar, y cambiar, todo por amor... ¿esa es la palabra correcta?.
Pasaban los días y ya mi pájaro no era igual, estaba como una flor marchita, me comenzaba a dar hambre, necesitaba correr nuevamente, necesitaba un gusano. Nunca salí del bosque porque ese era mi hogar, y dentro de mi hogar, de mi bosque encontré un gusano, que llenaba mi interior, tal como lo llenaba antes el pájaro, siempre le decía que mi príncipe antes de salir del bosque era como él, que me hacía divertir mucho y que nos dedicábamos a jugar y jugar y amarnos libremente, sin ninguna sustancia en el cuerpo, solo el amor que corría desde nuestro corazón hacia el resto de las venas que contornean nuestro cuerpo.
Pensaba a diario en el gusano, pero no podía dejar mi hogar.
El gusano se había convertido en mariposa y quería entrar en mi estomago, y así fue, entró y me di cuenta que debía vomitarlo, y correr fuera del bosque, correr donde mi pájaro, porque era él lo único que me importaba, quería verlo con alas, quería recordar como era su mirada de enamorado, pero no lo encontraba por ningún lado.
Cuando nos reencontramos, su mirada era distinta, creo que tenía decepción de mi, la misma que sentía yo cuando el se iba y olvidaba que aquí había alguien que necesitaba de él, era el compromiso que habíamos hecho un tiempo atrás, cuando me entere de sus mentiras... Ahora su mirada era vacía, pero decía que me amaba, menos veces al día pero lo hacía...
Los días pasaban y pasaban y la cigüeña desde parís llegó a nuestra casa, para variar tuve que ir yo a abrir la puerta, me encontraba sola, me lleve una gran sorpresa y sentía mucha pena por no compartir esto con él, pero cuando el llegara al día siguiente, iba todo a cambiar, porque era una responsabilidad que juntos debíamos cuidar.
Pasé esos días solas en nuestro nido, cuando la cigüeña se fue lo llamé dijo que me devolvería el llamado, y hasta el día de hoy lo espero. Era hora de afrentar la realidad, tenía mucho miedo y nuevamente iba sola.
- "mal gestado", dijo el doctor.
Un alivio, y ahí estaría mi pájaro para ayudarme, para darme las fuerzas y decirme "linda todo va a estar bien, te amo". Pero el pájaro llego a dormir, solo me dijo que no llorara, pero la pena que sentía era muy grande como para dejarla guardada, pena acumulada, decepción, ya no era como antes, ya no era una princesa, era la bruja que impedía a los demás ser como ellos querían ser, me volví en un destruye hogares, un cazador que corta los arboles que poseen nidos, como el nuestro.
00:23, no era de buenas noches, debíamos hablar.
se fue, y esa era su explicación, había matado todo por bruja, pero... ¿que era todo?, mentiras, engaños, frialdad...
Al fin admitió luego de muchos meses que conocer la vida fuera del bosque fue lo mejor que le pudo pasar, me cortó las alas que el mismo me había dado y decidí sentarme a esperarlo, a verlo pasar por aquí, quizás por error iba a entrar nuevamente en el bosque, pero no fue así.
El pájaro se fue a otro bosque, uno verde, sin nubes, sin rayos, con la risa incluida y los ojos más achinados de lo normal.
... Nunca termino de escribir los libros, nunca me había sentido así de vacía, nunca había pensado que mi pájaro podía volar con una golondrina, con otra que no fuera yo...
Y los días pasan y los recuerdos quedaron dentro de mi corazón, sigo en el bosque, pero busco salida, el final, la luz, cada vez me acerco más, pero no podré salir si no saco el asco de adentro.
Y el pájaro sabe, que nunca nadie se ha enamorado de él, como lo hizo esta princesa, bruja o como quieran llamarle... el pájaro sabe que destrozó mi alma, el pájaro sabe que... nada nunca volverá, porque el quizás se olvido del camino a casa y yo... he vagado tanto tiempo fuera de esta que creo que nunca la volveré a encontrar.