Hoy, ayer, antes de ayer y hace una semana aproximadamente, he estado revisando todas mis cosas (nuestras cosas), difícil, es como matarse, sí, siempre he sabido que soy algo masoquista para mis cosas, pero esto... esto es más que una muerte, porque si mueres, descansas, aquí, a ver, ¿Como decirlo?, te pudres, te cuestionas, me encantaba él... me encantaba sentir que tenía poder, que tenía todo lo que quería, dopar(nos) de amor, sentirme segura, sentirlo protegiéndome, con un amor tan puro, que nunca me haría daño, tampoco me mentiría y ya son las 4:35, adivinen qué... Sí lloro una vez más, porque me mato, al no saber que mierda pasó, ¿por qué no fui perfecta?, lo intenté... intenté dar todo de mi, para que precisamente, no pasara esto, para no terminar llorando todas las noches, odio dudar de que me quiere, siento que en cualquier momento aparecerá otra persona y tendré que nadar lejos (diría volar, pero nadar es más acordes, lágrimas, ríos, ríos de lagrimas, eh nadar, sí nadar).
No quiero crecer, no quiero cambiar, volverme como no quería ser nunca y terminar como he terminado últimamente, debo hacerme querer, respetar... si no es acá será en otro lugar, lo podré conseguir, hoy confío en mi un poco más de lo normal, pero en las demás personas... cada vez me cuesta confiar más y para serte sincera, ya nisiquiera me interesa confiar en la gente, ¿de qué sirve?, si todo siempre termina igual, por más amor, por más cariño, por más todo que des, todo siempre termina igual...
